Vengo de encontrarme,
llego de perderme.
Escudriñé las babilónicas montañas ateridas de dos
mundos, encumbré sus cimas y en ellas me coroné,
vivaqueé bajo sus faldas orgánicas,
salpicadas de tornasoles silvestres.
Fecundé la linfa de los ríos,
Fecundé la linfa de los ríos,
me diluí en su misterio, contemplé como la
resistencia naufragaba y reflotaba una y otra vez.
Liberé mis crines de lazadas, complacido el viento,
peinó y desgreñó; mi camarilla, retozamos
juntos y abrazamos el "quién ganará" sin vencedor.
Toqué en las cuerdas de la memoria del éter, me deleité
con sus polifonías, me reconvertí a intérprete.
Aguardé al trance vívido, al instante suspendido que
retiene. Me rememoré.
Vagué entre los vetustos senderos de mil tiempos,
con la eternidad abreviada en un suspiro.Tramador de
esencias, me hilvanarón el ánima con sustancia y terneza.
Vengo de encontrarme, llego de perderme,
vuelvo... al lugar donde la materia y el verbo
cobró sentido.
Por Mar M.J