jueves, 9 de enero de 2014


En el séptimo




En el séptimo habita una vieja loba       
de cabellos dorados y ojos de mar.    
   En su estancia, a veces la inconsciencia rota de dolor  
se presenta.

En el séptimo el alma encuentra espacio y tiempo
planeando sobre las luces y las sombras y las luces,
Es el umbral a la esperanza 
que entra y sale por la puerta.

  En sus diáfanos y recónditos ojos, 
  el azul del mar se muestra,
  atesorando pedazos de naufragios
 y recolocándolos de vuelta,
  la pena se baña en consuelo 
  y con nuevos ojos despierta.

Ni pócimas, ni acertijos, ni secretos,
solo corazón y consciencia,
 con su sonsonete
amansa fieras y reparte 
entre los más dóciles uñas nuevas.

Es la candela que ilumina lo velado
 alumbrando nuevos horizontes,
la ilusión jugando y conquistando al desencanto,
 El amor esculpiendo existencia
pespunteando heridas,
labrando cosechas, en el barbercho
 de semillas escondidas.

En la espesa arbolera,
en el espacio vacuo del firmamento,
en los abismos reservados de los océanos,
En la enjundia de la tierra,
 te encuentra.

Aquel que entra en el séptimo reverdece,
junto a las aguas del afecto, sobre la paz
que planta el sociego
y clarea.
 En el séptimo se habla de muchas vidas
 y se sale encontrando en la propia
 una guía, más los siete sentidos
y la biografía.

Por Mar M.J

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