Debemos trabajar y contribuir en la construcción y el desarrollo de una sociedad mejores, pero no es lo mismo hacerlo desde un corazón sosegado que gusta de la quietud, que hacerlo desde la inquitud y con corazón que sabe de tensiones.
Esperemos encontrar esa paz interior y trasladarla a los demás, tocando los corazones de todos aquellos que se crucen en nuestro camino.
Finaliza un año y comienza otro lleno de esperanza, con millones de semillas que darán sus frutos el día de mañana.